lunes, 2 de noviembre de 2009

From Inside

En la vorágine de mi vida y la de muchos surge una constante y repetitiva pregunta: ¿qué puede ser más nefasto? ¿perder la vida sorpresivamente o, conservarla pero no hacer nada con ella? De cualquier modo la vida perfecta no existe,y el vivir el día a día no es más que una frase hecha, la coartada perfecta de quienes dicen "vivir su vida" a pleno y así llegado el momento de la extinsión de sus corrientes existencias puedan decir que sus vidas fueron únicas. Nada más falso que eso. Peor aún, quienes añoran tener el mundo a sus pies por el solo hecho de graduarse en la mejor universidad o gozar de un portentoso supersueldo.

Aunque superflua para mi, esa idea es esencial para quienes penden del dinero para sentirse realizados.Con tantas discordancias sobre el verdadero valor de la vida me hago una pregunta más : ¿Vivir al límite o mesuradamente? Seguramente el vivir al extremo implica que los riegos de daño o pérdida sean mayores a tener que vivir sosegadamente.
Tanta oposición en el sentido dual de las preguntas sobre existencialismo me desorientan cada vez más.Sin embargo, si en estos tiempos ya no se vive del amor, y si la abundancia de dinero no es más que una tangible satisfacción efímera, entonces surge una última pregunta que ya parece capciosa: ¿cuál es el rumbo real de nuestras vidas? ¿cuál es la senda a seguir y como saber que estamos bien enrumbados? ¿es suficiente con estar convencidos que por ser "buenos tipos" tenemos asegurado un sitio en el Elíseo?
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"...ante el abrumante misterio de la existencia lo mejor es recibir lo que te pasa con sencillez; es decir, ignorancia voluntaria"

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