martes, 26 de octubre de 2010

Esta no la cuentas

La Reyna urraca y los tres Patitos

É rase una vez en las tierras lejanas del pacífico centro, en los bosques de Lima the gray, las tierras eran pobladas por patos y los cielos por urracas.
La reina de las urracas, Magaly the black witch, era despiadada y cruel, y aprovechando su poder extrasensorial hacía lo posible por llevar a los nobles patitos a la aniquilación. Ahora solo quedaban tres patitos, el menor, Paolín duck, el mediano, Beto duck y el patito mayor, Bayly duck.
Para escapar de la bruja urraca, los 3 patitos idearon una forma de protegerse de ella. Cada uno construiría una casa. El patito menor construyó una casa de paja, al tiempo que el patito Beto construía su casa de madera. Entonces al acabar, ambos se fueron a jugar. Mientras el pato mayor, el ingenioso Jaimito trabajaba mucho para acabar la suya.
Ya verán lo que la bruja hace con sus casas -les decía el pato mayor, mientras sus hermanos menores jugaban todo el día.
Una tarde la bruja urraca persiguió al patito menor, y este corrío a esconderse a su casa de paja. La bruja urraca cantó "a llorar a otra parte", cantó y cantó hasta que la casa se derrumbó. El patito Paolín salió corriendo por el bosque para refugiarse en la casa de su hermano mediano, la bruja urraca continuaba su persecución. Al llegar cantó "tengo una pituca", cantó y cantó hasta que la casa de madera se derrumbó. Los dos patitos salieron corriendo de allí.
Casi a punto de desfallecer y con la reyna urraca a cuestas, llegaron a la casa del pato mayor. Los tres patitos aseguraron todas las ventanas y puertas. La bruja urraca merodeaba dando vueltas por la casa bucando la forma de entrar. Sus cánticos no surtían efecto, la casa era fuerte como el ladrillo y el cemento. Entonces cogió una escalera la apoyo a la pared y subió al tejado intentando descender por la chimenea. El listo patito mayor colocó una olla con agua hirviendo bajo la chimenea. La urraca hambrienta bajó por su interior pero cayó sobre el agua hirviendo cocinándose casi completa. Los patitos saltaban de felicidad cantando "largate, has de tu vida lo que quieras..." "fuera, fuera, fuera".
La malvada urraca salió corriendo de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque y en otros confines. Se cuenta que luego de eso, nunca más quiso cantar y comer pato.

—Fin—

5 comentarios:

Anónimo dijo...

:-/

Hasta en el último rincón dijo...

jajajaja, no digo? Fabricando pasteles... y me cae preciso, estoy con 39 de fiebre...

Mr.d dijo...

y de mi "fabricando pasteles" tengo varios que fácil pasan como tuyos y visceversa...jeje, pero este cuento no es exactamente el caso que digamos. Hey, recupérese de esa fiebre pronto, abríguese

Bren dijo...

por eso yo no me drogo jajjaja no mentiraaaa chevre post...

Mr.d dijo...

No soy el dr.Pagliacci,tampoco me drogo Brendita,te pasas!