sábado, 23 de octubre de 2010

Pásame el control

Tío Lucio, como es que se llama esa cosa? -expresó el pequeño Fabrizio, señalando hacia la mesa de centro revuelto entre los periódicos del día...
Se llama control remoto hijo  -le respondió el viejo Lucio, silabeando como para que se le grabe el nombre.
Hmm... pero mi mamá le dice de otra manera tío -le dijo en tono curioso en tanto jugueteaba con los botones de su camisita de vaqueros y con la cabeza gacha...
Pues dime ¿cómo es que le dice hijo? -preguntó atentamente don Lucio, mientras el resto en la mesa miraban sigilosamente, una pausa irrumpió la reunión y todos viraron hacia Fabrizio
— Ella dice: "mocoso, pásame el aparato de mierda ese" - dijo Fabi, al tanto que hacía sonar las cucharas.

Todos rieron a carcajadas, pero no el viejo Lucio, y rápidamente los demás bajaron el ritmo de sus risas de manera más moderada, en respeto a la actitud del patriarca. Fabrizio se puso rojo como un tomate. Don Lucio sólo atinó a decirle:
No hijito, eso se llama "control remoto" y sirve para apagar en televisor y cambiar los canales. Seguro tu mama dijo eso porque tuvo un mal día y se molestó. Pero tu no repitas esas palabras. No está bien. Eres un niño de 7 años...
Si, pero a mi también me dice así, mira tío me dice "chiquito del demonio dame ese aparato de mierda, eso se mira y no se toca..."-sostuvo Fabrizio, esta vez quieto y con el rostro confuso.
Nuevamente las carcajadas brotaron de forma inevitable, tanto que Don Lucio no pudo evitar reír también. El novel sobrino plegó las cejas en señal de molestia... Luego vino un incomodo silencio...

Fueron llegando los primeros platos de arroz con pato. Fabrizio permanecía sentado jugeteando con su camisa y mirando a todos conversar. Era una reunión muy agradable. Sin embargo, no se sentía a gusto porque era el único niño en la mesa, los demás fueron a jugar al río y el no pudo asistir por problemas de gripe.

Al rato, ya mientras todos comían el viejo Lucio recordó que estaba jugando la selección de fútbol en vivo. 
Juega Perú familia, hijo pásame el control remoto -dijo con la boca llena.
El control estaba más cerca de Fabrizio que de cualquiera. Todos enmudecidos y atentos a la respuesta de Fabi. El niño cruzó los brazos volvió a fruncir el ceño y preparó su anuncio con  ciertos gestos rápidos y coreografeados. Giró su rostro hacía donde estaba alojado el control, luego volvió su mirada a su tío Lucio al otro lado de la mesa.
— "Se mira y no se toca, también dice mi mamá"

Esta vez nadie ríe...

1 comentario:

Hasta en el último rincón dijo...

Me muero con el niño... me lo imagino jugando tiernito con los botoncitos de su camisa. Pero bueno, a los niños tooodos se les graba así que... ojo al piojo.