lunes, 25 de octubre de 2010

run to ...

Finalmente lo ha decidido. Unos pocos metros los separan de la cúspide tomándose un respiro en cada paso que da, sintiéndose menos nervioso que ayer, dejando cada emoción para cada espasmo, sudoración leve disipando la densa neblina.
Tiene el mundo bajo de sí. El borde deja ver la levedad de su forma, el moho bajo la suela, las partículas de ladrillo y cal, el claxon colectivo, el tamboreo en el pavimento. Ese bamboleo disfrazado de misticismo. Esa sociedad disipada y utópica, desprende un olor a incienso, a pescado podrido. Desde allí contempla su propio mundo, su propia soledad bajo el espejismo de una multitud robótica. Finalmente ha entendido, el mundo no es el que él y los demás habitan, sino el mundo que ellos mismos maquinan y luego calcinan. Había encontrado en el sonido a rapiñas y el olor a mierda lo que sus ojos no dejaban ver. En ese polvo de cal rascando sus talones.
La tristeza que lo acompaña cada día, aún con la muerte asechando no se ha ido. A menos que estuviera vivo no podría morir. Esa tristeza ahora abre paso a la incertumbre. Esa es la respuesta. Ahora no sabe si lanzarse al vacío sintiéndose vacío. Sería como mandar al infierno al mismísimo demonio.
No es el doctor Pagliacci pero sabe que es un buen chiste . . .

5 comentarios:

Hasta en el último rincón dijo...

Catalogaría este post como uno de los míos: fabricando pasteles.
Bueno :)

Mr.d dijo...

Fabricando pasteles! hummm veremos la famosa etiqueta... Te cuento, este es mi post favorito...ese tipo en la cúspide era yo, lo sospechabas?

Hasta en el último rincón dijo...

Algo me imaginaba, pero prefiero no ponerle "caras" a lo que leo. así puedo meterme más en ese corto viaje. Muy buen post.

Mr.d dijo...

Siempre estamos en la cúspide, en un peldaño que pende solo de un hilo, de una decisión. Metaforicamente estamos arriba o abajo.

Bren dijo...

cierto...