viernes, 31 de diciembre de 2010

Cierre

Tengo una vieja costumbre: saludar a destiempo. Y eso incluye regalar a destiempo. El entreacto doble entre navidad y año nuevo y año nuevo con mi cumpleaños, me lleva a suponer que debo dar algo para recibir a cambio. Un pensamiento bastante avaro y austero a la vez.
Pienso en el porsche 911 que no tengo -y quizás no tendré. La colección de Pixies completa con vinilos y souveniers y la compu nueva. Y pienso también en que me puedan regalar algo que me gustaría recibir y que no puedo decir.

Este año deja poco para hacer un recuento. Viví en tres casas: mi casa, mi oficina, el restaurante. Y el vagabundeo de una a otra día tras día. Del ordenador del escritorio al ordenador de mi cama. Del sueño en el bus al sueño en mi almohada.
Una perfecta antítesis compatible y necesaria de una vida robótica.

Distanciado del cine y el fútbol, dos de mis pasiones, me refugié en mis tiempos muertos en las letras, que años atrás había olvidado. Así como olvidé como dibujar o tocar la batería. 
Me alejé también de las emisoras radiales locales, que cada vez me decepcionan más. Ese apasionamiento por la música popular, cotidiana, indeleble y pegajosa que me tuvieron saturado todo el año.
El cine también me decepcionó, salvo por algunas raresas. Las películas de ahora exceden sus matices violentos con exabruptos de cuadros superpuestos que marean y llaman a la desatención. Más visuales que líricas, como remontando a los mimos. Y el fútbol, cada vez más comercial y medíático, dejó de ser el que me apasionaba en los noventas. Nuestro país vive pegado al televisor vanagloriando en series de dos lucas antihéroes que parecen de ficción oriental.
Se acabaron también los sucios mítines, los programitas de baile que indisponen el sueño y los berrinches de seudofamosos de mercado. Bueno, almenos será un mes de tranquilidad. Más que vacaciones para ellos, serán vacaciones para mis sentidos.

Este año fue remedo de otros no muy lejanos, con poco que contar, destacar y subrayar. Pero con mucho de que meditar. Voy a perder el miedo a los números, a retomar viejas y sanas costumbres, a dejar de lado otras tantas poco productivas. Aunque suelo decirlo y no cumplirlo, haremos el mayor esfuerzo.
No tengo ganas de celebrar el año pero si de dar un vuelco a mi destino y pensar más en mi mismo. Esta vez no diré "haber que pasa", esta vez diré "a la mierda, lo hago". Odio sonar a libro de autoayuda pero necesitaba decir eso.
El año que se va hoy y que he tomado como "una transición volátil" comienza hoy mismo.

Un mejor año para los amigos que siguen el blog, para Marité y Bren, mis fieles compinches y para todos quienes me leen. Aunque escribiré menos seguido, estaré tan cerca como pueda. Un abrazo!

3 comentarios:

Hasta en el último rincón dijo...

Como siempre,un recuento perfecto para un año que no se sienta "perfecto", en el fondo lo fue.
Abre tu mente, tu corazón y tu alma hoy... despide bien al 2010 que no le fue fácil tampoco lidiar con todo lo que vino. Y ábrele las puertas con una sonrisa verdadera al 2011.
Feliz Año Mr. D. Fue un gusto haber conocido blogueros con alma de poetas como tu, y blogueras con alma sabinera como Bren.
Que el 2011 sea un EXITO!!!!!!

Bren dijo...

Mr.feo! fue un gusto conocerte ,reir ,regenar, juntos y creo que todavía esta amistad puede crecer mas hay tantas cosas que no conocemos el uno del otro, incluyendo a Marité, espero este año la vida nos regale el gran encuentro, por otro lado es tu manera de ver el 2010, no la comparto del todo pero bueno es obvio cada año uno lo vive y lo ve individualmente, un abrazo y que este 2011 la vida te regale mas sonrisas sino te quedaras sin higado, que tus metas no tengan mas trabas, y hasta el 2011! besossss

Anónimo dijo...

Sientes lo q quieres y dices lo q necesitas decir, por eso también eres especial, tienes un alma brillante y llena de buenos sentimientos, no los pierdas q hoy en día ya es dificil encontrar a gente q sienta de verdad, FELIZ AÑO disfrutalo y busca la manera de convencerte q a la vida se le ganan los retos a las buenas o a las malas... Besos.