viernes, 11 de febrero de 2011

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(De "Leyenda Negra" página 9)

El estado de anarquía en El Cuerno de África (Somalia) hizo presas de sí a inocentes y culpables. Para los gobiernos del primer mundo y la ONU era imposible restablecer la paz desde afuera. Había que incursionar al centro del mismo, hacerse parte de él, como amigo del enemigo o enemigo del amigo con gente que hiciera el trabajo sucio.

Chaun era parte de los cuerpos de paz, un selecto grupo hombres al servicio de la armada de los Estados Unidos que buscaban disuadir el caos impuesto por las milicias. Junto a él otros viejos camaradas que se respetaban entre sí, pero a la vez odiaban. Como tener varios machos alfas en una misma jauría.

Era otra sucia guerra. Aunque Chaun como todos los demás, presumía que había algo más que un mero interés de defender la soberanía de un pueblo abatido, podía distinguir el olor a petróleo, y era posible que en las afueras de Somalia existieran reservas de él. Ya nada le sorprendería de parte del gobierno en el país que lo acogió tantos años. Vivió en él lo suficiente para jurar defender su causa, sólo por dinero y esparcimiento. Pero apenas y aprendió el idioma, dispuso de un mísero dinero en una medida justa para no morir de hambre y pagar sus rentas, pero no vivió lo suficiente para quedarse dentro de esa caja de mentiras envuelta en papel para regalo.
Chaun luchaba por un mero placer pero con los años fue adquiriendo sus propios códigos siendo fiel a sus dogmas. Estaba harto de pelear las mismas guerras con finalidad lucrativa, sin nada por que luchar en verdad. La política y la guerra tienen el mismo fin para él, y ambas apestan.
Aunque no tenía mucho que perder, comenzaba a darle sentido a su miserable vida. Sería su última batalla, luego iría a casa a cuidar de su hermano menor, Paul. Eso si le causaba verdadero temor, no sabía hacer otra cosa que fumar, cargar un revolver o dormir con la ropa puesta. Se sentiría más que inútil en casa, es donde la guerra cobraría sentido para él.

A cada paso que lo alejaba de la que ya no sería su casa, Chaun recordaba Somalia como si fuera ayer mismo. Sentía en el fondo un sadismo extraño al dejar a Jack ahogarse en su propia sangre, pero no era la única vez que lo dejaba así.
El y Jack no solían ser buenos amigos, de hecho nunca se hablaban, ni para prestarse la cantimplora. Jack siempre tenía una sonrisa curveando su gordo rostro al matar a cualquier guerrillero. Esa misma sonrisa hilvanaba la del resto, cortados con la misma tenaza. Pero no la de Chaun.

El Capitán Stain -lider de esa compañía- parecía tener algo preparado para Chaun, lo miraba con sigilo, estructurando un plan. Parte de la compañía se detiene bajo la colina, muy cerca a una aldea de refugiados. Stain envía a Jack, Méndez y Lennox a inspeccionar el área y acabar con todos en él. Eso no le gusto nada a Chaun y su mirada retadora poco a poco fue tragándosela, el también tenía sus propios planes. Fueron con sigilo yendo por los flancos para asestar con sorpresa. Un torpe movimiento de Jack lo hace resbalar dejando caer su casco, dando justo en la entrada de una de esas improvisadas tiendas bipersonales. Rápidamente los inquietos refugiados salen de sus moradas para ver qué sucede. Pero el inclemente Jack toma su automática y desata una balacera que en segundos acabaría con la mitad de todos. No era el plan. Pronto estarían cerca las milicias y estarían en graves problemas.
Chaun embiste a Mendez con un certero golpe en la cabeza con el mango de su magnum y logra efectuar un disparo en la pierna de Jack, que cae abatido. Va corriendo rápidamente a él y lo golpea en la cabeza.
Malnacido, la pagarás Chaun... alcanza decir Jack antes de desvanecerse.
Chaun necesitaba escapar pronto, pero tenía atrás de el a la compañía y a la milicia. Incluso si salía ileso de allí, no lo dejarían tranquilo hasta pagar su injuria. Era la regla, "no sales cuando estás dentro", la única de alto precio en caso de romperse.

Hay historias que se repiten dos veces. Pero no había tiempo para enlazar situaciones. Chaun no daría a Jenny por muerta hasta no verla con sus propios ojos. Iba a cruzar la ciudad alienada sin auto y sin armas, una verdadera locura, pero lo haría. Estaría dispuesto a que sea la última, pero no tendría caso si no recuperaba a la pequeña niña dorada. Iría tras ella, ya estaba harto de esperar pues, no hay espera más larga que el de la eternidad y el beso de buenas noches.

— 9-10 —

1 comentario:

Hasta en el último rincón dijo...

Me gustó conocer un poco más sobre el pasado de Chaun... pero hasta ahora no entiendo POR QUE LO ODIAN TANTO! Y ese Jack??? Si estuvieron juntos en los cuerpos de paz y todo, qué fueee! Por qué le haría algo feo a Jenny... cuenta pe!