viernes, 2 de septiembre de 2011

12

 (De "Leyenda Negra" página 12)

El pueblo ha quedado cautivo de las sombras ensimismadas bajo telas de araña, murmurando el paso marcial, el migajiento paso de Lenoxx. El polvo deforma su silueta conjugando con un gris fotograma.
Al doblar la última esquina del sendero, una presencia asoma con quietud...

¿Qué te trae por acá viejo amigo?  pregunta sigiloso el misterioso rondador.
Una mera coincidencia —replica Chaun.
¿Así lo crees?
Meneando el mentón, insinuando seguridad en cada movimiento, Lenoxx instigó con su silencio la curiosidad, sin preguntar, soltando una tenue sonrisa. Pequeños detalles pero relevantes. Y prosiguió:
¿Qué demonios haces acá Q? Que debería decirse "Ku" por como suena.
Desearía reír sin recordar el chiste, así con esa cara que llevas ahora. ¿Es que acaso se mofa el mundo de si mismo? Muere de risa de ti mismo satiriza Q, al tiempo que se avecina  a Chaun lentamente, casi anunciándolo.
Puedo sentir el miedo emanando de tus botas, agujereando el sendero. Qué curioso, la ironía nos toma de la mano. Riendo por miedo.
Chaun quiebra su sonrisa para apretar con prisa su puñal.

La ironía es muy útil para evadir respuestas...y la sonrisa es parte de ello rezongó Q, con perfecta simetría en cada vocablo.

Se miran con firmeza. El silencio es cómplice de un sórdido desenlace. Pero uno de dos pronto, rompería el protocolo...
Antes de desenvainar tu navaja, necesito que me digas por qué...
Hay muchos por qués para responder pero no creo que te convenga saberlos—  sentencia Q con calma, impasible.
Chaun retoma el paso e intenta evadir el interrogatorio de su viejo camarada. Joven en realidad.

—Has acabado con Méndez, el pobre Méndez. ¿Con cuántos más acabarás? ¿Cuál es la causa que te mueve, porque si pretendes martirizarte necesitas una buena razón? Ese es un buen porqué.

Tras un breve silencio que apuntaba a su mano derecha, Chaun se detiene y lentamente hunde su navaja casi sin filo en el bolsillo de su chaqueta alterando su respiración, sonando como a queja, hablando sin voltear.
Me gustaba la oscuridad, el hacinamiento y  los cigarrillos, con ella todo cambió. El placer por las banalidades, el ansia de sangre, la inquietud de mi alma. Pero ahora se ha ido de nuevo. Ese es un buen porqué que no debías escuchar, uno suficiente para encerrar ese recuerdo. 
Y te liquidaré si interfieres Jhony Q. 

El acierto con el movimiento de cabeza de Q y la expresión de suspenso en sus ojos delatan cualquier secreto, sin posibilidad de escape ni prórroga.
Vas a necesitar esto Chaun.
El joven Q, con aspecto de cowboy bien parecido le arroja su Magnum ME38, con apenas dos balas.
Si no acabé contigo es porque necesitabas que estés vivo para escuchar lo que escucharás. Debes llegar a la casa del muelle donde el equipo vacacionaba, antes de las trece horas. No esperes salir con vida, ese es el precio por otra vida, una más justa de vivirse.

Camina unos pasos agazapándose en el rincón de la esquina, a la espera de una verdadera razón. Era Jhonny Q un compilador de razones.
¿De lado de quien estás Q?
Del desenlace.
Porqué debo creer que Jenny vive, porque supondré que lo que me dices es innegable responde Chaun mirando directamente a los ojos de Q, quemando sus párpados.
Es tu hija. Es el porque que en realidad mueve tus hilos. Tienes otra perspectiva del mundo cuando estás tirado en el piso eh pirata, la niebla es nube, el viento humo, la esperanza ceniza. Y no necesitas dos balas para cambiar eso. Bastará una.
Chaun parece morir estático como una gárgola y su silueta se torna gris nuevamente, empalagada de miedo y desazón.

El silencio nuevamente contiene el tiempo, como dos balas chocando al encontrarse dos miradas perdidas en el espacio, simulando un porqué. Q da vuelta a la esquina, desapareciendo en ella.

—12—

1 comentario:

Hasta en el último rincón dijo...

Hace mucho no continuabas la historia... está buena.
Un fuerte abrazo de bienvenida!