Está en tus ojos
y me pregunto porqué
el sabor a sal
el declive de la noche
el oleaje persuasivo
la brisa rechinante.
El tropiezo de la honestidad
cual excusa inherente
a la mentira
a la saliva bajo la lengua
o a la marea que desciende
Se coexiste en ella
y se padece en un después
en ese mar sin sombra
que se irá lejos del olvido.