domingo, 26 de septiembre de 2010

Cármen

Caminamos nuevamente de la mano
allá cuando todo era sutil y perfecto
allá donde los sueños eran moldes palpables
en esa vieja casa, tan pequeña que los sueños eran comunes
déjame tomar tu mano otra vez
ahora te diré al oído que te amo
toda una vida deseando decirlo.
Cuando decidas ir con las estrellas me iré contigo
así mi cuerpo quiera impedirlo
así mi corazón se aprisione
Cada día levantándome con un beso
enseñándome a orar aunque no aprenda
a amar aunque no me amen, aunque me odien
a valorar a las personas por el peso de sus corazones
por el olor de su ser
a convivir con el sufrimiento, con la necesidad y la angustia
a entender la ausencia y compensar el llanto
a levantarme y sostenerme, a sobrevivir.
Me he quejado de bailar solo
de ser invisible y resistido
sin embargo tu siempre estás cerca para tomar mi mano y bailar
para tocar mi corazón que nadie ve y tolerar mi aflicción
secar mis lágrimas, corregir mis errores. 
Ya me enseñaste todo y no sé si aprendí.
Me enseñaste todo menos a vivir sin ti
viejita, ¡que solo que me siento!

3 comentarios:

Lara Holmes dijo...

:-(

Hasta en el último rincón dijo...

Sencillamente, expresaste tanto, con tan pocas palabras que fue demasiado. Sientes lo mismo que muchos y no hay mejor manera de canalizar ese dolor. Tremendo vacío que causa un ser tan importante que sin estar presente, puede soplar a tu oído y hacerte el día. Fuimos bendecidos con ángeles que no escatiman ni reparan y al mínimo indicio de peligro, actúan. No estamos solos. No hay duda que ellos, nos siguen a cada paso que damos. Animo... tu viejita está feliz por esta muestra de amor.

Mr.d dijo...

Escribir es lo mínimo que puedo hacer por la persona más importante de mi existir: MI MAMI (odia que le diga abuela)