jueves, 30 de diciembre de 2010

The Eternal, the sea - PRELUDIO

No recuerdo cuantos tragos tenía encima y cuantos días de embriaguez llevaba en mi, pero todavía tenía cuerda para unas horas más. Era el primer día del año y todavía tenía la descomposición en mi cuerpo y ojos producto de la trasnochada de alcohol y narcóticos etéreos. Creo haberme sentido así por tanta hierba dispersa en el ambiente. Mi cabeza había formado lagunas y había olvidado porqué estaba en la barra, de costado y solo. Siete latas de red bull, otras tantas de cerveza y más de una docena de cigarros me habían dejado un tanto idiotizado. Y la noche todavía no empezaba. Llevaba puesta una bermuda de playa camuflada y algo húmeda, no se porqué, quizás estuve antes en la playa. Una camiseta ligera, sandalias y lentes de sol sobre la cabeza, una huachafada muy de moda. Tenía en mi mano una copa con martini.  Llevaba también una muñequera naranja que distinguía a la zona preferencial de la v.i.p, y la v.i.p de los socios e inquilinos del club hotel.
Me puse defrente a la pista de baile que aquel club de surf había improvisado. Me sentía apestar a cigarrillo al asomar mi nariz con cierto disimulo sobre mi costado, pecho y manos. Y un inmediato ademán de asco y molestia.

Dicen que las miradas se sienten, mientras hacía eso, noté que efectivamente alguien me miraba. Así que retiré esos gestos y me hice el desentendido tratando de encontrar esa mirada intuitiva, fortuita. No me costó mucho encontrarla, pero sí confirmar que en realidad era para mi. Frente a mi como a unos doce metros una bella fémina un tanto más alta que yo -que no es un gran merito- desplegaba un baile angelical y a la vez morboso. Rubia y bronceada, llevaba un short bastante pequeño que dejaba ver su bikini y una cerveza en su mano. Cuando ella notó que la miré, me sonrió y relentisó sus pasos, aprecie que bailaba sola. Al mirarme parecía invitarme a ir por ella, pero no me atreví, podía tener miles de cervezas encima pero seguía siendo el mismo gallina. Mi tímida sonrisa de evasión y el cigarro de costado en mi boca hizo entender a la rubia aquella, mi estancamiento. Necesitaría su ayuda. De todos modos, mientras daba vueltas bailando con muchos chicos y chicas, donde nadie era dueño de su propia pareja, aproveché para mirar con mucho recato si yo tenía a alguien cerca de mi. Por un momento no estaba seguro de que me mirase a mi. A mi derecha dos chicas afroamericanas hablando entre si, y a mi izquierda la escalerilla que llevaba a los baños. Sin dudas, me había mirado a mi. Cosa rara.

Por un costado mío saliendo de los baños, dos chicos se acercaron a mi. Uno me quitó la copa y el otro miró mi posición fija en aquella rubia.
Hey mi pana, ¿qué hace solo alli?...haber, ¿dónde miras con tanta atención? ...uffff madre mía ¡qué mujer! ...y te está mirando mi pana, te está mirando... me decía Lucas, de origen Venezolano, pasado de revoluciones y tiros...
No me jodas... uy si ah, bien allí brother... yo que tú me la llevo ahora mismo, ¿Qué esperas, que te saque ella? —inrrumpió Juan Luis, un pata Limeño que conocí en la ruta, comprando suveniers de la zona. Habíamos hecho un grupo con otros dos chicos y cuatro chicas que en ese momento estaban no habidas.
Ambos olían prefundamente a cerveza y marihuana, por eso me quedé solo en la barra cuando ellos fueron al baño, esperando que terminen. 
Bueno, ¿vas a ir?— me dijo Juan Luis, empujándome de la barra. Me quedé medio estático. La chica aquella no esperó y poco le importó mi indecisión. Vino a mi posición me tomó de la mano y me dijo Hey, ¿tan fea soy? ven, baila conmigo— quise responderle "claro que no eres fea, eres hermosa" pero solo le sonreí y fuimos a bailar. 
El ruido impedía que pudiera preguntarle ciertas cosas. Pero mientras yo me formulaba excusas a mi mismo ella dio la iniciativa. Se acercó a mi tomándome de los hombros tratando de estar cerca de mi oído. Muy sutilmente me dijo ¿Cuál es tu nombre, eres peruano?...

Me llamo Alan, si soy peruano, y tú, ¿Cómo te llamas?
Yo soy Marion, un gusto Alan. Te vi solo en la barra y me dio gracia ver como te olías a ti mismo— y estalló en risa. Se estaba riendo de mi. Y yo también me reí sonrojado a la vez.  
Su dominio del español era casi perfecto, incluso no podía determinar su acento e intuir de donde procedía. Y continuó...
Yo soy francesa, llevo varios años en América, aprendí el idioma y es la tercera vez que vengo a Máncora, me gusta. Tus amigos nos están mirando...

Efectivamente, al voltear, Juan Luis y Lucas no dejaban de mirar, a ellos se habían unido otros chicos y chicas y la mayoría nos miraban. Me hice el desentendido y seguí mi charla con sabor a Pet shop boys en off...
Si, son unos tontos, pero buenos tipos, los acabo de conocer, yo vine solo. La verdad me estoy divirtiendo mucho. Dime, ¿Cuántos años tienes Marion? Quizás no debí preguntar eso.
Se acercó aún más a mi mirándome los labios y me respondió:
Para ti...veinte años...
¡Cúanta seducción en su voz! Yo le calculaba veinticinco. Atiné a responderle sin que me pregunte: Yo tengo veinticuatro...

Intercambiamos sonrisas, bailes y preguntas asonantes. Era muy guapa, ojos índigo profundos y usaba brackets, pero le quedaban bien. Llevaba untada en sus brazos y piernas una mezcla de aceites y repelente. No terminaba de mirarla y a la vez de hablarle y ella a mi cuando imrrumpió de manera sorpresiva e imprevista un sujeto de biotipo similar a Marion. Se puso entre nosotros, él era más alto que yo -para variar- y creo que se hablaron en frances, en tono alto. El tipo la jaloneó, no supe si intervenir o hacerme de la vista gorda. Pero Marion no necesitó de mi ayuda, lo empujó y se retiró sin decirme adios o te veo luego. Era una situación entendible. El cemental se retiró por el otro lado y yo tuve que regresar a la barra.
No se si los chicos no se percataron de esa escena o se hacían los desentendidos. Como adivinando me cedieron una lata de cerveza y me puse enmedio de Miriam y Juan Luis. Luego fui al baño.
Esa última cerveza fue el declive. Me sentí fatal. Necesitaba ir a mi habitación. El hotel estaba cruzando la carretera, afuera del frontis del club. Iría sin avisar, eran casi las seis de la tarde y aunque esto apenas empezaba mi cuerpo ya no soportaba más. No suelo beber tanto, menos dos días seguidos. Sólo me quedaría por Marión y nada más.

Al abrir la puerta del baño cuando me disponía a salir, una chica muy joven pero muy, muy guapa se detuvo a mi lado y me mostró una nota en un papel doblado, cortado al apuro, húmedo y manchado de labial. 
¿Eres Alan? toma, Marion me dijo que te diera esto, pero que porfavor no lo leas hasta dentro de una hora. Ella te esperará en la playa. Chaocito.

La niña aquella, rubia y bronceada como la mitad de los asistentes de esa fiesta, me entregó la nota y salió corriendo. No se si tontamente, pero la guardé en el lateral de mi bermuda, sin leerla. Recuerdo sonreir de satisfacción mientras lo hacía y fui a la barra a contar esa gesta juglar. Pero a cada paso que daba me sentía caer, había bebido más de lo que normalmente me permito y necesitaba reposar si deseaba continuar la fiesta nocturna. Tomé la senda del costado, la que accesa a la tienda y luego al lounge para salir por la cochera sin ser visto. Me topé con Roberto (otro de los chicos que conocí) en el camino y me preguntó a donde iba y le dije que a tomar aire y que no tardaría. 
Me detuve en la puerta de la cochera. Me había equivocado de ruta, salí por la puerta posterior la que da a la playa, curiosamene, no la que da a la carretera. Había poca gente y los rayos de sol eran mínimos. No me quedaba más que ir y tratar de descansar en la playa. Esperaría a Marion y luego regresaría al bar. En aquel bar de mi última fiesta de año nuevo, donde no me sentí sobrar.

8 comentarios:

Bren dijo...

Me imagino que vendra la parte 2 y no quiero pensar q la postearas el proximo año porque si es asi voy hasta chiclayo y simplemente te mato jajajaja aunque esta historia me suena hubo una q contaste pero q estaba en la playa y al sacar la nota del bolsillo se habia borrado...es la continuación bueno el antes de esa historia o q? mmm

Mr.d dijo...

Es el preludio de aquella historia con el mar...que curiosa doña Bren...

Bren dijo...

ok! me fui hasta octubre ahi encontre el post(seria chevre que en este hagas un enlace del link de ese post) pero igual sigue la duda que fue que decia la notita y aparecio o no la chica? que pesado mr.d jaajjaaj si soy curiosa y??' si tu post invita a eso a querer saber mas no es mi culpaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jajaja

Mr.d dijo...

El enlace está en la palabra Marión. Bu lo que decía la notita lo diré en privado... a los cuatro gatos.

Hasta en el último rincón dijo...

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! Lo relacioné cuando te dieron su "encargo"... la misteriosa notita que se te voló!!! No sabes cómo quiero saber QUE COÑO DECÍA!!!
Excelente historia, realmente nos transportas hasta ese mismo momento.
Increible que un año nuevo pueda ser tan distinto a otros. Pero sabemos que ahora, nostros mismos encendemos la mecha del 2011 y tiene que ser de la mejor manera. Tiene que ser el mejor año.
Espero que una Marion te visite el 31! uuuuuuuuu

Hasta en el último rincón dijo...

Bren me encanta lo curiosas que somos! :)

Mr.d dijo...

Bien, bien curiosas. Corren las apuestas...

Bren dijo...

jajajajjaa ya mr.d o nos dices o mueressssssssssssssssssssssssssssssss somos dos contra uno! habla yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jajaaj